El título de liga (con Van Basten como máximo goleador del torneo con 19 tantos) lo disputó palmo a palmo con el Napoli, cediendo la punta (compartida) a una jornada del término. El resto de la campaña tuvo a un Milan a un paso de conseguir el considerado trébol (La obtención del Campeonato, la Copa Nacional y la Copa de Campeones). A ello se le sumó la conquista de la segunda Copa Intercontinental, tras vencer al Atlético Nacional de Colombia, en Tokio (Japón).