El conjunto serbio -yugoslavo por aquel entonces- derrotó en la final al Olympique de Marsella en los penaltis tras un empate a cero. Jugada en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, los rumanos vencieron en la tanda de penaltis tras un 0-0 al final del partido, circunstancia acontecida por primera vez en una final. ↑ «Historia del estadio». ↑ El Correo (ed.). ↑ Diario Vasco (ed.).